Libro sobre el FengShui aplicado al hogar


Imagínate por un momento, que despiertas en la mañana en Tu Casa después de haber descansado toda la Noche, te sientes con Mucha Energía, Alegre, con Ganas de Comenzar Un Nuevo Día y Muy Feliz!



Empiezas la mañana haciendo un poco de ejercicio, sientes mas energía fluyendo por tu cuerpo, luego te das un placentero baño, te relajas unos minutos ya sea escuchando algo de música o simplemente sin hacer nada. Tomas un desayuno bien nutritivo. Y comienzas Tu Día...

En el trabajo, que es el que Tu siempre quisiste tener, las cosas te salen excelentes!

Tu Día transcurre de forma agradable siempre, llegas de vuelta a Tu Hogar para reencontrarte con Tu Familia, que por cierto, siempre están de buen Humor y se llevan todos Muy Bien. Compartes un tiempo con ellos haciendo las actividades que te gustan, ya sea pasear, tu deporte favorito, o simplemente pasar tiempo de Calidad con ellos...

Para Luego Terminar el día Igual de Feliz que cuando te despertaste...

Seria Genial Verdad??

Claro que si!...

Te presentamos este libro que te muestra y enseña todo lo necesario para que puedas aprender a decorar tu casa con un alto Feng Shui.


Técnica de la Luz Azul para relajarse


Esta técnica consiste en que imagines que una luz azul penetra desde tu cabeza y va bajando por cada una de las partes de tu cuerpo, proporcionándote una agradable sensación de bienestar. Una vez que hayas dominado la técnica, podrás utilizarla para otros propósitos.

Durante la práctica, cuando imaginas que una parte de tu cuerpo ha sido totalmente cubierta por la luz azul, también debes de imaginar que una gran sensación de confort invade esa zona; ambas cosas son importantes si quieres sacar el mayor provecho de esta técnica.



Ya que te hayas familiarizado con la técnica, al imaginar que la luz azul va envolviendo cada una de las partes de tu cuerpo, de forma automática imaginarás la sensación de bienestar; recuerda que debes ser paciente, empezarás a ver los resultados de esta técnica de relajación después de varios días de una práctica constante.

Pasos a seguir para la práctica de esta técnica de relajación

  1. Este ejercicio de relajación lo puedes practicar estando acostado, sentado o como tu prefieras.
  2. Realiza tres respiraciones lentas y profundas, entrando el aire por la nariz y exhalando por la boca, en cada respiración tu abdomen y tórax deben llenarse totalmente de aire.
  3. Nuevamente realiza tres respiraciones profundas, pero ahora retén el aire lo más que puedas y luego lo sacas muy lentamente por la boca.
  4. Ahora Imagina que por la parte superior de tu cabeza esta entrando una hermosa luz de color azul, muy agradable. Esa luz envuelve tu cabeza y penetra hacia adentro proporcionándote una gran sensación de bienestar. Deja que esa luz azul relaje toda tu cara y tu cabeza. Imagina que la luz azul ha cubierto totalmente tu cuello y continua bajando hacia las demás partes del cuerpo. Sigue Imaginando como va avanzando por hombros, brazos, manos, pecho, espalda, abdomen, glúteos, genitales, piernas, y rodillas hasta llegar a la planta de los pies. Finalmente imagina todo tu cuerpo envuelto en esa relajante luz azul. Experimenta el descanso que te proporciona. Permanece en ese estado de relajación el tiempo que quieras, tu cuerpo se encuentra feliz y descansando.

Programándose para la practica

Al finalizar este artículo, te recomiendo que tomes tu celular o tu calendario o una alarma, y vas a programarlo, de lunes a sábado, para que a una hora determinada, elige la hora que más te convenga, te recuerde que debes de realizar esta práctica de relajación.

No importa lo que estés haciendo, al sonar la alarma, vas a buscar un lugar donde ponerte cómodo, y vas a empezar a practicar.

Conoce La relajación muscular progresiva de Jacobson


La relajación muscular progresiva es una técnica de tratamiento del control de la activación desarrollada por el fisioterapeuta Edmund Jacobson en los primeros años 1920. Jacobson argumentaba que ya que que la tensión muscular acompaña a la ansiedad, uno puede reducir la ansiedad aprendiendo a relajar la tensión muscular.



Jacobson entrenó a sus pacientes para relajar voluntariamente ciertos músculos de su cuerpo para reducir los sintomas de la ansiedad. También descubrió que el procedimiento de relajación es efectivo contra la úlcera, insomnio, y la hipertensión. Hay muchos paralelismos con el entrenamiento autógeno de Schultz, que fue desarrollado independientemente.
La técnica de Jacobson todavía es popular entre los modernos fisioterapeutas.

Sentarse en una silla confortable; sería ideal que tuviese reposabrazos. También puede hacerse acostándose en una cama. Ponerse tan cómodo como sea posible (no utilizar zapatos o ropa apretada) y no cruzar las piernas. Hacer una respiración profunda completa; hacerlo lentamente. Otra vez. Después alternativamente tensamos y relajamos grupos específicos de músculos. Después de tensionar un músculo, este se encontrara más relajado que antes de aplicar la tensión. Se debe concentrar en la sensación de los músculos, específicamente en el contraste entre la tensión y la relajación. Con el tiempo, se reconocerá la tensión de un músculo específico y de esta manera seremos capaces de reducir esa tensión.

No se deben tensar musculos distintos que el grupo muscular que estamos trabajando en cada paso. No mantener la respiración, apretar los dientes o los ojos. Respirar lentamente y uniformemente y pensar solo en el contraste entre la tensión y la relajación. Cada tensión debe durar unos 10 segundos; cada relajación otros 10 o 15 segundos. Contar "1, 2, 3 ..."

Hacer la secuencia entera una vez al día hasta sentir que se es capaz de controlar las tensiones de los músculos. Hay que ser cuidadoso si se tienen agarrotamientos musculares, huesos rotos, etc que hacen aconsejable consultar previamente con el médico.
  • Manos. Apretar los puños, se tensan y destensan. Los dedos se extienden y se relajan después.
  • Bíceps y tríceps. Los bíceps se tensan (al tensar los bíceps nos aseguramos que no tensamos las manos para ello agitamos las manos antes después relajamos dejándolos reposar en los apoyabrazos. Los tríceps se tensan doblando los brazos en la dirección contraria a la habitual, después se relajan.
  • Hombros. Tirar de ellos hacia atrás (ser cuidadoso con esto) y relajarlos.
  • Cuello (lateral). Con los hombros rectos y relajados, doblar la cabeza lentamente a la derecha hasta donde se pueda, después relajar. Hacer lo mismo a la izquierda.
  • Cuello (hacia adelante). Llevar el mentón hacia el pecho, después relajarlo. (Llevar la cabeza hacia atrás no está recomendado).
  • Boca (extender y retraer). Con la boca abierta, extender la lengua tanto como se pueda y relajar dejándola reposar en la parte de abajo de la boca. Llevar la lengua hasta tan atrás como se pueda en la garganta y relajar.
  • Lengua (paladar y base). Apretar la lengua contra el paladar y después relajar. Apretarla contra la base de la boca y relajar.
  • Ojos. Abrirlos tanto como sea posible y relajar.Estar seguros de que quedan completamente relajados, los ojos, la frente y la nariz después de cada tensión.
  • Respiración. Inspira tan profundamente como sea posible; y entonces toma un poquito más; expira y respira mormalmente durante 15 segundos. Después expira echando todo el aire que sea posible; entonces expira un poco más; respira normalmente durante 15 segundos.
  • Espalda. Con los hombros apoyados en el respaldo de la silla, tirar tu cuerpo hacia adelante de manera que la espalda quede arqueada; relajar. Ser cuidadoso con esto.
  • Glúteos. Tensalas y eleva la pelvis fuera de la silla; relajar. Aprieta las nalgas contra la silla; relajar.
  • Muslos. Extender las piernas y elevarlas 10 cm. No tenses el estomago; relajar. Apretar los pies en el suelo; relajar.
  • Estómago. Tirar de él hacia dentro tanto como sea posible; relajar completamente. Tirar del estómago hacia afuera; relajar.
  • Pies. Apretar los dedos (sin elevar las piernas); relajar. Apuntar con los dedos hacia arriba tanto como sea posible ; relajar.
  • Dedos. Con las piernas relajadas, apretar los dedos contra el suelo; relajar. Arquear los dedos hacia arriba tanto como sea posible; relajar.

Que es el Entrenamiento Autógeno

El entrenamiento autógeno es una técnica psicoterapéutica basada en la concentración pasiva en sensaciones físicas. Está más próximo a las técnicas de meditación que a las de sugestión o a la hipnosis. Constituye la base de los métodos de Psicoterapia Autógena (ver cuadro).



El entrenamiento autógeno básico se aprende usualmente en grupo, aunque puede ser necesaria la instrucción individual en algunas patologías o si las descargas autógenas son muy severas. El autoaprendizaje es posible, aunque el necesario entrenamiento de atención requiere generalmente la supervisión de un profesional especializado. Consta de seis ejercicios de meditación psicofisiológica o concentración pasiva en la sensación de peso en brazos y piernas, en la sensación de calor en brazos y piernas, en el movimiento del corazón, en la autonomía del proceso respiratorio, en el calor abdominal interno (plexo solar) y a la diferencia de temperatura entre la frente y el aire circundante.

La terminación estándar para regresar al estado habitual se realiza en tres etapas: Inspiración profunda, fuerte flexión y estiramiento de brazos y piernas y abrir los ojos. Es importante finalizar siempre los ejercicios con la terminación estándar, sobre todo en principiantes.

El entrenamiento autógeno es una técnica de relajación basada en la autosugestión. Esta técnica fue desarrollada a partir de la hipnosis por el psiquiatra berlinés Johannes Heinrich Schultz, quien la presentó por primera vez el 30 de abril de 1927 y la publicó en su libro «El entrenamiento autógeno» en 1932. Hoy en día es un método muy extendido y reconocido en la lucha contra el estrés y los trastornos psicosomáticos.

Se tarda unas pocas semanas en aprender esta técnica, lo que normalmente se hace en grupo, aunque algunas veces puede trabajarse de forma individual bajo la supervisión de un psicólogo, un médico u otro experto. También se puede aprender de forma autodidacta, para ello existen muchos libros que, además, suelen venir acompañados de un casete o un CD.

Para comenzar el entrenamiento el principiante debe adoptar una postura cómoda, normalmente sentado. En la «postura de cochero», por ejemplo, se sentaría con el cuerpo y la cabeza inclinados hacia delante y con los brazos apoyados sobre el regazo dejando caer las manos entre las piernas. A menudo el principiante se siente más cómodo acostado, aunque puede practicar en cualquier postura en la que logre relajar por completo todos los músculos.

Los ejercicios consisten en centrar la mente en fórmulas cortas y repetitivas y, al mismo tiempo, intentar imaginar, dentro de lo posible, de forma intensa lo que sugieren.

El estado de relajación del cuerpo viene acompañado por determinadas sensaciones. Así, por ejemplo, la relajación muscular de las extremidades da sensación de pesadez y la buena circulación, sensación de calor. Sin embargo, imaginar primero de forma intensa el efecto puede provocar lo que «normalmente» sería la causa: imaginar que aumenta el calor en la extremidad, también mejoraría la circulación y, en consecuencia, se alcanzaría una sensación de relax.

La llamada retirada es un «despertar» consciente con el que concluimos los ejercicios y consiste en la activación de las terminaciones nerviosas mediante unos pasos muy sencillos: se estiran y encogen las extremidades varias veces, se respira hondo y, finalmente, se abren los ojos.

Algunas ventajas de la meditación en la Salud


Popularmente se considera a la meditación como un componente de las religiones orientales, si bien esto no es exacto. La meditación ha sido practicada durante más de 5000 años con propósitos intelectuales, religiosos o de salud. Actualmente al menos un estilo de meditación se ha probado efectivo para aumentar el cociente intelectual, mejorar la memoria e incluso cambiar partes del cerebro. Otros estilos de meditación otorgan igualmente distintos beneficios a la salud mental y física de sus practicantes, especialmente un mejoramiento de la inteligencia emocional y del sistema inmunitario. Entre los más comunes se encuentran el alivio del estrés y la bajada de la presión sanguínea.



Al analizar la actividad cerebral durante la meditación, usando un electroencefalograma, se puede apreciar que se pasa de las ondas beta (actividad normal, consciente y alerta, de 15-30 Hz) a ondas alfa (relajación, calma, creatividad, 9-14 Hz). En la meditación más profunda se pueden registrar ondas theta (relajación profunda, solución de problemas, 4-8 Hz) y en meditadores avanzadas se puede detectar la presencia de ondas delta (sueño profundo sin dormir, 1-3 Hz).

Un estudio realizado en la Universidad de Melbourne en Australia en 2011 sugierene que el silencio mental obtenido en la meditación pueden reducir el estrés laboral y ser una terapia contra la depresión.

Otro estudio realizado por Richard Davidson de la Universidad de Wisconsin, reveló que la disciplina de la meditación puede cambiar el funcionamiento del cerebro y permitir alcanzar distintos niveles de consciencia. 

Conoces lo que significa la palabra Meditación

La palabra «meditación» viene del latín meditatio, que originalmente indica un tipo de ejercicio intelectual. De este modo, en el ámbito religioso occidental se ha distinguido entre «meditación» y «contemplación», reservando a la segunda un significado religioso o espiritual. Esta distinción se vuelve tenue en la cultura oriental, de forma que al comienzo de la influencia del pensamiento oriental en Europa, la palabra adquiriría un nuevo uso popular.



Este nuevo uso se refiere a la meditación propia del yoga, originada en India. En el siglo XIX, los teósofos adoptaron la palabra «meditación» para referirse a las diversas prácticas de recogimiento interior o contemplación propias del hinduismo, budismo y otras religiones orientales. No obstante, hay que notar que este tipo de práctica no es ajena a la historia de Occidente, como muestran descubrimientos de vasijas celtas con figuras en postura yóguica.

La meditación se caracteriza normalmente por tener algunos de estos rasgos:
  • Un estado de concentración sobre la realidad del momento presente
  • Un estado experimentado cuando la mente se disuelve y es libre de sus propios pensamientos
  • Una concentración en la cual la atención es liberada de su actividad común y es focalizada en Dios (propio de las religiones teístas)
  • Una focalización de la mente en un único objeto de percepción, como por ejemplo la respiración o la recitación de palabras constante.


La meditación no solo puede tener propósitos religiosos sino estar también enfocada en el mantenimiento de la salud física o mental, e incluso puede tener propósitos de conexión cósmica para encontrar respuestas a preguntas universales que a lo largo de la Historia el ser humano ha tenido. Existe una amplia variedad de guías y enseñanzas para la meditación, que van desde las que se presentan en las religiones hasta las terapéuticas, pasando por las ideologías propias de ciertos individuos. Estudios científicos han demostrado que algunas técnicas de meditación pueden ayudar a mejorar la concentración, la memoria y mejorar el sistema inmunitario y la salud en general.  

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