Este ejercicio de hoy va dedicado especialmente a las secretarias en su día.
¿Alguna vez han tenido uno de esos días en que el teléfono suena todo el tiempo, el jefe les pide una cosa tras otra, tienen que mandar invitaciones, pedir autos, hacer reservas en compañías aéreas y hoteles, hablar en tres idiomas diferentes, convocar a otros gerentes para distintas reuniones, adaptar los horarios a las posibilidades de todos, volver a proponer fecha y hora hasta que todos estén de acuerdo, modificar informes, enviar notificaciones…? ¡Uf… qué cansancio escribir todo esto! No quiero ni imaginar lo que debe ser hacerlo, ni el estrés que debe producir…
Hay muchas maneras de hacer meditación y relax, y tomarnos la vida de una manera más ligera y descontracturada, pero difícilmente puedan ser llevadas a cabo en medio del diario ajetreo de una oficina.
En esos días, en lugar de una hora, o quince minutos para relajarse, ¿creen que pueden tomarse seis segundos? ¡Sí, seis (6) segundos! Es el tiempo que nos lleva realizar una respiración relajada: 2 segundos para inhalar a través de la nariz y 4 segundos para exhalar por la boca.
¡Vamos a probarlo! Tan sólo 12 segundos de tu tiempo para un pequeño experimento. Al final de esta oración, practicá lo siguiente… 2 segundos inhalando, 4 segundos exhalando.
¡Bien! Y otra vez al final de esta oración.
Aun una porción de tiempo tan pequeña (6 segundos) puede ayudar a que tu cuerpo y tu mente se relajen, a desacelerar tu ritmo cardíaco, a que al menos parte de tu estrés desaparezca.
Pensá de qué manera podrías regalarte esas respiraciones relajantes durante los días más agitados… por ejemplo, cada vez que mandes un mail o suene el teléfono, respirá antes de enviarlo o de contestar (es tan poquito tiempo que nadie va a siquiera notarlo).
Pero este ejercicio no es exclusivo para las secretarias (si bien está dedicado a ellas):
Si sos un publicista, respirá cada vez que te llamen por teléfono
Si sos abogado, respirá cada vez que pienses en ir a tribunales
Si sos maestro o profesor, respirá cada vez que empieces a explicar un tema
Si sos mecánico, respirá cada vez que uses un destornillador
Si sos médico, respirá cada vez que entra un paciente a tu consultorio
Ahora es tu turno de utilizar tu creatividad para incorporar estas sencillas técnicas de relajación a tu actividad diaria.
¿Alguna vez han tenido uno de esos días en que el teléfono suena todo el tiempo, el jefe les pide una cosa tras otra, tienen que mandar invitaciones, pedir autos, hacer reservas en compañías aéreas y hoteles, hablar en tres idiomas diferentes, convocar a otros gerentes para distintas reuniones, adaptar los horarios a las posibilidades de todos, volver a proponer fecha y hora hasta que todos estén de acuerdo, modificar informes, enviar notificaciones…? ¡Uf… qué cansancio escribir todo esto! No quiero ni imaginar lo que debe ser hacerlo, ni el estrés que debe producir…
Hay muchas maneras de hacer meditación y relax, y tomarnos la vida de una manera más ligera y descontracturada, pero difícilmente puedan ser llevadas a cabo en medio del diario ajetreo de una oficina.
En esos días, en lugar de una hora, o quince minutos para relajarse, ¿creen que pueden tomarse seis segundos? ¡Sí, seis (6) segundos! Es el tiempo que nos lleva realizar una respiración relajada: 2 segundos para inhalar a través de la nariz y 4 segundos para exhalar por la boca.
¡Vamos a probarlo! Tan sólo 12 segundos de tu tiempo para un pequeño experimento. Al final de esta oración, practicá lo siguiente… 2 segundos inhalando, 4 segundos exhalando.
¡Bien! Y otra vez al final de esta oración.
Aun una porción de tiempo tan pequeña (6 segundos) puede ayudar a que tu cuerpo y tu mente se relajen, a desacelerar tu ritmo cardíaco, a que al menos parte de tu estrés desaparezca.
Pensá de qué manera podrías regalarte esas respiraciones relajantes durante los días más agitados… por ejemplo, cada vez que mandes un mail o suene el teléfono, respirá antes de enviarlo o de contestar (es tan poquito tiempo que nadie va a siquiera notarlo).
Pero este ejercicio no es exclusivo para las secretarias (si bien está dedicado a ellas):
Si sos un publicista, respirá cada vez que te llamen por teléfono
Si sos abogado, respirá cada vez que pienses en ir a tribunales
Si sos maestro o profesor, respirá cada vez que empieces a explicar un tema
Si sos mecánico, respirá cada vez que uses un destornillador
Si sos médico, respirá cada vez que entra un paciente a tu consultorio
Ahora es tu turno de utilizar tu creatividad para incorporar estas sencillas técnicas de relajación a tu actividad diaria.
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